Lo prometido es deuda. Así que la promesa de volver al pico a ver si de verdad se ve algo o es una leyenda más se materializó demasiado pronto. 8 h en Aín (pedazo madrugón para ser domingo). La estadística colejera dice que el 50% de nuestras salidas son pasadas por agua, ya nos advirtió Carlos, metereólogo amateur, pero que no falla una, ninguno le dimos crédito y a los 15 min. de iniciar la ruta estabamos empapados y preocupados con no poder volver con el objetivo cumplido. Menos mal que la montaña pactó con la lluvia un paréntesis, para regalarnos unas vistas que sin duda nos han cargado de energía para muchos, muchos, muchos días.Sin pincháis en el título podréis ver el video.